¡Vuelven las cinco Águilas al paisaje merideño!

Por Luis A. Saavedra. Departamento de Biología, Facultad de Ciencias, Universidad de Los Andes (ULA), Mérida, Venezuela
Estableciendo de una estación de monitoreo de rapaces migratorias en la ciudad de Mérida, Andes de Venezuela

Vista en dirección noreste del valle del rio Chama desde la Estación de Observación y Conteo de rapaces Cinco Águilas Blancas en la ciudad de Mérida, estado Mérida, Venezuela. Foto Luis A. Saavedra

  La migración de las aves ha sido un fenómeno que siempre ha cautivado a la humanidad. El largo viaje que hacen desde sus tierras de reproducción atravesando grandes obstáculos como cadenas montañosas, mares y desiertos hasta las áreas de invernada es realmente increíble. A pesar de ello todas las especies migratorias logran realizar este proceso ida y vuelta cada año de sus vidas, en una carrera contra el tiempo la cual no pueden darse el lujo de perderla, ya que de ello dependen las próximas generaciones.

Sin embargo, las especies migratorias no solo tienen que superar obstáculos naturales, además de ellos, afrontan grandes retos como estructuras realizadas por el hombre. Anualmente millones de especies migratorias sucumben ante torres eléctricas, torres de telecomunicaciones, torres de energía eólicas, ventanales de edificios, vallas de publicidad, etc. Esto y en conjunto con la perdida de sus áreas de reproducción e invernada ha causado que muchas de las especies se encuentre en alguna categoría de amenaza. En este sentido, los programas de monitoreo de las poblaciones se hacen vitales para evaluar y gestionar planes de conservación. Adicionalmente, el estudio de las rutas migratorias nos permite tener una visión de las áreas de paso prioritarias que deben ser conservadas disminuyendo en gran medida los obstáculos antrópicos que pudieran afrontar.

Oripopo/Turkey Vulture (Cathartes aura meridionalis) Foto: María E. Escalona-Cruz

 

Gavilán Langostero/Swainson’s Hawk (Buteo swainsoni) una especie migratoria rara para Venezuela. Foto: Luis A. Saavedra 

Entre los viajeros más grandes de larga distancia se encuentra las majestuosas rapaces como gavilanes, águilas, buitres y halcones, los cuales aprovechan las corrientes de aire caliente o termas para sus desplazamientos. En sus migraciones es posible observar millones de ejemplares en grande bandadas de diferentes especies, siendo su gran tamaño, número y dependencia de termas en sus viajes, uno de los grupos de aves más evidentes de observar durante sus trayectos.

Grupo de (Cathartes aura medionalis) especie migratoria más abundante Ciudad de Mérida, estado Mérida, Venezuela. Foto Luis A. Saavedra

Es importante resaltar que en Venezuela no existen estaciones de observación y conteo de rapaces que permitan evaluar parámetros poblaciones o amenazas que afrontas las aquellas especies de transitan o invernan en el país. Motivado por ello, iniciamos en 2020, junto a un equipo de estudiantes y profesionales de la Universidad de Los Andes (ULA), Mérida, Venezuela, el seguimiento de la migración de rapaces durante el otoño boreal en la ciudad de Mérida. Los principales objetivos de este proyecto piloto fue realizar una evaluación de la riqueza, abundancia relativa y fenología de las especies de rapaces que usaron el valle de rio Chama y en particular la ciudad de Mérida como parte de su ruta migratoria entre los meses de octubre y diciembre.

Los métodos visuales para estudiar los movimientos de las rapaces migratorias son útiles cuando existen sitios de observación adecuados, permitiendo la obtención de muestras de las poblaciones de aves de gran tamaño. La ubicación de la ciudad de Mérida facilita el conteo de las rapaces migratorias que sobrevuelan esta localidad ya que el área se ve delimitada por dos sierras obteniéndose aproximadamente 4 Km de alcance de observación.

Es por ello que consideramos como estación de conteo la azotea de un edificio de 15 m de altura al noreste de la ciudad de Mérida con vista 360 del valle del rio Chama. Dicha estación es bautizada con el nombre de “Estación de Observación y Conteo de Rapaces Cinco Águilas Blancas”, haciendo honor a la leyenda de origen indígena de los Andes merideños. Como directrices para la recopilación de datos se siguieron los protocolos establecidos por Hawk Migration Association of North America (HMANA). Durante los conteos, estuvieron presentes dos observadores, que trabajaron en equipo para llevar a cabo las tareas de identificación, conteo, registro de los datos en hojas de campo y fotografía. Los datos recabados incluyeron especies, número de individuos, dirección de vuelo, número de observadores y minutos de observación. Cada hora eran recopilados datos ambientales como temperatura (°C) por medios de termómetro y velocidad del viento, dirección del viento, nubosidad y precipitación a vista, según los criterios establecidos en el protocolo de HMANA.

Esta estación piloto resultó ser bastante eficiente como punto de observación al dejar en evidencia la importancia del valle del río Chama como rutas migratorias para diferentes especies. El seguimiento es realizado en horas de la tarde de forma casi diaria desde el 11 de octubre hasta el 11 de diciembre con un total de 100 horas de muestreo. Se detectaron más de 18000 individuos, destacando que el 98 % de los migrantes estuvo constituido por (Cathartes aura meridionalis), siendo la rapas que hace mayor uso de esta ruta.  Toda la información obtenida será analizada para su posterior publicación en revistas arbitradas por pares.

Gavilán Bebehumo/Broad-winged Hawk (Buteo platypterus) Foto: Luis A. Saavedra

Coordinadores de la Estación de Observación y Conteo de Rapaces Cinco Águilas Blancas. Luis A. Saavedra Junto a María E. Escalona-Cruz 

María Escalona-Cruz observando un grupo de migratorios. Foto Luis A. Saavedra

Desde AveZona queremos dar Gracias a Hawk Watch Fund el cual ha financiado el establecimiento de la Estación de Observación y Conservación de Rapaces Cinco Águilas Blancas y junto con la colaboración de otras organizaciones como BirdsCaribbean, para el 2021 se contempla el seguimiento de la migración de otoño. Esta oportunidad proporcionará sumar más datos relevantes que busquen avanzar en el conocimiento científico y la conservación de las rapaces en Venezuela y las Américas, posicionándose como la primera estación de observación de rapaces en el país.